Ser rescatista y trabajar de manera voluntaria para cambiar el destino de animales abandonados y maltratados es una tarea noble, pero también una actividad difícil que requiere el respaldo de mucha gente para dar buenos frutos.

Quienes en San Clemente del Tuyú llevan adelante la Fundación Chichos saben de miradas caninas llenas de agradecimiento. Sufren con cada ejemplar dolorido, despiden con tristeza a aquellos que no pueden luchar más y también lloran de felicidad cuando alguno de sus protegidos es adoptado. Todas las emociones se vuelven más intensas al estar con cada perro del refugio: rescatarlos, atenderlos y hacerse cargo de ellos es una responsabilidad y, como tal, hay veces que la realidad enfrenta a los responsables del lugar a pruebas muy difíciles.chichos

Hace tiempo, por ejemplo, fueron atacados por criminales que asesinaron a golpes a varios perros y dejaron en muy mal estado a otros. Tras ese episodio, un temporal  provocó serios daños materiales… Cada imprevisto los sorprendió en el marco de una tarea que realizan a diario desde la solidaridad, el compromiso y el amor, por eso cada golpe, por fortuna, los sacudió pero no los derrumbó.

Y como es justo cuando hay una buena acción de por medio, fueron muchas las manos solidarias que han aparecido (y aún aparecen) cuando la Fundación Chichos más las necesita.

Donaciones de anónimos, vecinos dispuestos a colaborar con su tiempo y hasta la proyección del documental “La ruta del abandono” a beneficio del centro sirvieron, en ese entonces, para salir adelante pese a las adversidades. Nada puede devolver las vidas que se pierden por maldad o desidia, pero encontrar en este camino hombres y mujeres sensibles que no son indiferentes frente a los “chichos” enciende luces de esperanza.

Seguir por los que quedan… y los que vendrán

Cada vez es más frecuente que dejen abandonados perros y gatos en las inmediaciones del refugio por creer que allí “tienen la obligación” de ingresar a los animales. Como la Fundación Chichos no dispone de recursos físicos ni económicos inagotables, debe analizar cada caso y darle prioridad de ingreso a ciertos ejemplares.

Su intención es ayudar y salvar la vida de cada animal que llega a ellos, pero cada vez se hace más difícil albergar, dar asistencia, alimentar y controlar a todas las mascotas. Claro que, con el apoyo de la comunidad, el panorama puede mejorar.

Hoy en día, además de voluntarios que puedan acercarse al centro para realizar distintas tareas, necesitan en mayor medida alimento balanceado. Quienes quieran y puedan colaborar, no tienen más que contactarse con los responsables de la fundación.

Y si en vistas al 29 de abril alguien quiere cambiar dos destinos (el suyo y el de un animal) con una adopción, mucho mejor. La vida en compañía de un perro (o un gato) es mucho más entretenida y maravillosa… y en la Fundación Chichos hay un gran número de compañeros de cuatro patas dispuestos a regalarle fidelidad, lengüetazos, amor y bienvenidas efusivas con movida de cola incluida a quien le dé un hogar y una familia.

Fundación Chichos: http://www.facebook.com/fundacion.chichos

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