El ex policía Julio Diego Torales fue condenado a 10 años de prisión por torturar en 2008 en el destacamento de Lomas del Mirador al adolescente Luciano Arruga, quien desapareció cuatro meses después de estar detenido y cuyo cadáver fue hallado recién en 2014.
En un fallo unánime, el Tribunal Oral Criminal (TOC) 3 de La Matanza consideró a Torales coautor de «torturas», tal como había requerido en su alegato el fiscal del juicio, José Luis Longobardi.
Para los jueces Diana Volpicina, Gustavo Navarrine y Liliana Logroño quedó acreditado durante el debate oral que el 22 de septiembre de 2008, entre las 11 y las 19, Arruga estuvo alojado en el sector de la cocina del destacamento de Lomas del Mirador, tras haber sido detenido como sospechoso de un robo.
«Mientras el Oficial de Servicio (Torales) ejerciendo un poder real y de hecho sobre la custodia (de la víctima), tras omitir la implementación de los postulados de la Convención de los Derechos del Niño (…) le infligió intencionalmente sufrimientos físicos, mediante golpes con un elemento duro o romo, mientras otro funcionario policial lo retenía», sostuvo el TOC 3 en la resolución.
A raíz de la golpiza, Luciano sufrió «un traumatismo en la región facial, en la frente y en el pómulo izquierdo, a la par que le generaron un sufrimiento psíquico al proferirle amenazas, humillaciones y menosprecios que degradaron su dignidad».