Es uno de los dos magistrados que atenuaron la condena al violador de un nene de seis años por su presunta orientación de género. Presentó su renuncia ante el Tribunal de Casación Penal bonaerense, tal como lo había hecho Piombo el lunes pasado.
En una carta dirigida al presidente de la Suprema Corte provincial, Juan Carlos Hitters, Benjamín Sal Llargués argumentó que su dimisión se debe a «la conmoción» que generó el caso en la sociedad, aunque defendió el fallo de la polémica.
«Mi decisión sobreviene en medio de una campaña de fuerte repercusión mediática a propósito de un fallo dictado hace casi un año y cuya polémica fuera desatada por tergiversaciones del mismo que ni su letra ni la del que fuera revisado autorizan», planteó en el texto de la dimisión.
Sostuvo además que «es la conmoción que ha producido ese debate (al que no obstante ser el autor del voto he llegado desafortunadamente tarde) la que me lleva a resignar el cargo, deseando que este apartamiento contribuya a restaurar la normalidad con la que la ciudadanía debería evaluar los actos de quienes somos falibles y corregibles».
Pese a las renuncias, la Comisión Bicameral de normas de procedimiento para enjuiciamiento de magistrados y funcionarios de la provincia de Buenos Aires resolvió elevar denuncias contra los dos jueces para la prosecución del juicio político.
La denuncia de la Comisión, integrada por diputados y senadores de diferentes bancadas, se suma a las ya presentadas por legisladores y por la Comunidad Homosexual Argentina (CHA) y la Federación Argentina Lesbianas, Bisexuales, Gay y Trans (Falgbt).
Sin embargo, La Suprema Corte de Justicia provincial deberá prestar su conformidad a las renuncias de los jueces y enviar la dimisión al Poder Ejecutivo para que el gobernador Daniel Scioli las acepte mediante un decreto, con el que Sal Llargués, al igual que Piombo, podrán acogerse a los beneficios jubilatorios.
Si el Ejecutivo acepta las dimisiones, los magistrados no podrían ser sometidos al jury de enjuiciamiento para su eventual destitución.
Piombo y Sal Llargués fueron cuestionados al conocerse un fallo de julio de 2014, en el que como miembros de la sala I de la Cámara de Casación Penal le quitaron el carácter de «gravemente ultrajante» a la condena que pesaba sobre el vicepresidente del Club Florida, Mario Tolosa, por considerar que el niño abusado tenía «una orientación sexual homosexual».
Así, le redujeron la pena de los seis años de prisión originales a tres años y dos meses, y Tolosa quedó en libertad tras cumplir dos años de cárcel.
En el polémico fallo, Piombo y Sal Llargués argumentaron: «Me afecta al respecto una insondable duda que tiene por base esa familiaridad que el niño ya demostraba en lo que a la disposición de su sexualidad se refiriera. En todo caso y a esa corta edad, transitaba una precoz elección de esa sexualidad ante los complacientes ojos de quienes podían (y debían) auxiliarlo en ese proceso».
Piombo fue expulsado además de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Mar del Plata y de la Universidad Nacional de La Plata, mientras que Sal Llargués fue apartado de la Universidad Nacional del Sur (UNS) de Bahía Blanca y del Consejo de la Magistratura bonaerense, donde desempeñaba una función administrativa.
La Universidad de Buenos Aires (UBA), en tanto, anunció que inició un proceso de juicio académico para separar del cargo a Sal Llargués, quien se desempeña como profesor regular en la Facultad de Derecho.
Télam