Miguel Ángel Dimitro fue condenado a nueve años de prisión por abusar sexualmente de su sobrina menor de edad. Su abogado defensor fue Marcos “Cotoco” García, concejal y candidato a intendente por Cambiemos.

Roxana Long Castro, la madre de la víctima, contó que los abusos habrían comenzado cuando su hija tenía unos 5 años. “Yo mandaba a mi hija a jugar con sus primitos. Era muy chiquita, tenía cinco años y medio. Cuando empezó lo del abuso, (Dimitro) vivía a la vuelta de mi casa”.

Dimitro es el marido de Gisela, hermana de Long Castro. “Cuando Gisela se iba a la casa de alguien, él aprovechaba y abusaba de la nena. Gisela llegó un día y lo encontró: lo supo desde un primer momento”, sostuvo la mujer en declaraciones que pudieron escucharse por 99.9 Radio Noticias Web.

“Todas las cosas que inventó mi hermana para cubrirlo a él me demuestran que sabía absolutamente todo”, afirmó Long Castro, quien se enteró del abuso cuando su hija de 13 años, acompañada por su novio, le contó los hechos en una plaza.

“Desde los 8 años ella tenía problemas de alimentación y de conducta, yo la llevaba al psicólogo”, indicó Long Castro. Una vez que tomó conocimiento de la situación, la mujer hizo la denuncia.

“La psicóloga charló conmigo, charló con la nena y al otro día hicimos la denuncia (…). El perito de la Policía hizo la revisación y me dijo que tenía desgarros de antaño”, sostuvo.

A Dimitro “lo detuvieron el 25 de febrero de 2013 y siguió detenido hasta la condena”, informó Long Castro y agregó que el hombre fue encontrado “culpable por unanimidad, le dieron nueve años. A Gisela la procesaron como cómplice y por falso testimonio”. La condena a Dimitro es por “abuso sexual gravemente ultrajante por su duración y abuso sexual agravado por acceso carnal”.

García, el defensor

“El abogado del acusado era Marcos García. Intentaba todo el tiempo enredarla (a la víctima), que ella se equivocara en los años”, aseguró Long Castro, quien denuncia constantes amenazas de la familia del ahora condenado por el Tribunal en lo Criminal Nro. 2 de Dolores.

“Tenemos la sentencia y siguen las amenazas. Él estuvo preso hasta ahora porque las pruebas están, a la nena se le hicieron las pericias correspondientes aquí y en Dolores. No es fácil para una criatura pasar por todo esto”, mencionó la madre de la víctima.

Long Castro incluso consideró que García “hostigaba” a la menor. “No se puede defender lo indefendible, es así. Es una aberración: son padres, son hijos… pero a veces el dinero puede más”, reflexionó.

El descargo de García

“¿Los principios o los votos?” se preguntó el candidato a intendente en una nota que publicó en su página de Facebook para luego responder: “Los principios siempre, los mismos por los que soy el único opositor al que jamás compraron con su dinero sucio, los mismos que me hacen defender una causa que considero justa, sabiendo que la política se metería y se metió”.

“En la mismas circunstancias volveré a defender a un inocente, como tengo 19 defensas de víctimas de personas abusadas, y jamás cobre un peso. En este caso por tercera vez, me toca estar de otro lado, pero defendiendo lo que considero justo”, aseguró el dirigente de Cambiemos.

“No voy a renunciar a la causa porque estoy cansado de ver solo pobres presos”, comentó García según publica MDA Noticias. El concejal manifestó que “500 personas del barrio San Martín con sus firmas” le pidieron que represente a Dimitro.

La importancia de una condena

En los casos de abuso “es importante que haya una condena y que sea una condena ejemplar”, consideró la psicóloga Patricia Gordon en TVC5. La presidenta de la ONG enRED explicó: “El abuso sexual deja consecuencias en el psiquismo de quien es víctima. Las consecuencias son variadas y dependen de las edades, en el caso de los niños más pequeños generalmente se detecta porque hay regresiones en las conductas. Muchas veces hay negativas para concurrir a algún lugar, problemas de aprendizaje, trastornos del sueño o trastornos en la alimentación”.

“A los niños y a los adolescentes hay que creerles, lo más importante es aprender a escuchar y no anteponer la negativa”, sostuvo la especialista y añadió: “Tenemos pocas condenas de abusadores porque siempre se duda de la palabra de los chicos y adolescentes, o de las mujeres que relatan alguna violación. Se invierte el sentido y se le hecha la culpa a la víctima, como si hubiese provocado alguna situación. Esto se debe a los prejuicios”.

“Cuando hay una condena adecuada a la dimensión del delito, quien fue víctima siente una especie de reparación, que nosotros denominamos reparación jurídica o reparación social”, destacó Gordon.

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