General Pueyrredón se encamina a ser una suerte de excepción en la estrategia del oficialismo provincial según la cual se desalentará la posibilidad de Primarias Abiertas para cargos municipales en aquellos distritos que gobierna Cambiemos.

María Eugenia Vidal habilitó la realización de esos comicios, que serán en agosto próximo y que podrían enfrentar al actual intendente con el radicalismo y con un candidato del PRO que responde directamente a ella.

No es un secreto que la Gobernadora está muy disconforme con la gestión del jefe comunal, Carlos Arroyo, quien llegó al municipio con un partido propio que integró el frente Cambiemos. Han sido públicos los desencuentros con Vidal. El más célebre: cuando, a fines del año pasado, en la inauguración de las playas públicas, el hombre se fue del acto oficial porque lo ubicaron en un sitio marginal del escenario, como para invisibilizarlo. Se sintió ninguneado.

Cerca de Vidal conceden que, a pesar de las diferencias, el intendente nunca abandonó Cambiemos y que, justamente por eso, no pueden dejarlo afuera de las PASO. Salvo, claro, que él mismo decida romper con la Gobernadora y postularse por afuera del oficialismo, en un esquema de municipalización de su campaña.

En verdad, en La Plata creen que esto es muy posible porque, como a todo dirigente que gobierna, a Arroyo no le hace mucha gracia que lo desafíen desde su propio espacio. “Que lo termine sancionando la gente, no nosotros”, se escuchó en un encumbrado despacho del vidalismo.

El candidato a intendente de la Gobernación, hasta ahora, viene siendo el diputado nacional Guillermo Montenegro, que multiplicó sus apariciones en La Feliz pegadito como una estampilla a Vidal y también en plan de campaña él solo.

Detrás de esa postulación aparece el sostén territorial que pueden acercarle sectores locales de Cambiemos, alejados de Arroyo y
también del radicalismo. Como los que se referencian en el senador provincial Lucas Fiorini, de formación justicialista y quien reconoce como terminal en La Plata al ministro de Gobierno, Joaquín de la Torre.

El otro senador provincial que tiene Mar del Plata, Franco Bagnato, aparecía como una apuesta inicial de la Gobernación dado su nivel de conocimiento en la Ciudad. Sin embargo, con el correr de los meses no pareció prosperar. Acaso el periodista sea un “Plan B” de Vidal, si se desinfla la jugada de postular a Montenegro.

El radicalismo, que a nivel global pasa por una etapa de tirantez en su relación con el macrismo puro, tiene posicionados dos nombres para el caso de una Primaria marplatense. La concejal Vilma Baragiola, con amplio nivel de conocimiento, viene trabajando hace tiempo para quedarse con la postulación.

Pero, en rigor, no es muy querida en los despachos de La Plata. Y también está el diputado provincial y jefe del bloque Cambiemos, Maximiliano Abad, quien aspira a lo mismo y, en su caso y por cuestiones obvias, tiene mucho mejor diálogo con el Ejecutivo provincial.

Fuente: El Día

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