Cuáles son los índices que generan desestabilización en la economía nacional y provocan que la moneda estadounidense no pare de subir.

En el paso del tiempo la problemática cambiaria y los aumentos se profundizaron. La respuesta a esta incógnita podría estar relacionada a varios factores internos sumado a un contexto internacional desfavorable.

La inflación que no disminuye

Tras un índice inflacionario de casi 50% el año pasado, el 2019 no muestra un panorama de mejora. Esto propicia una especie “olla de presión” que perjudica la competitividad de los precios.

Mayor endeudamiento para generar dólares

El conflicto suscitado por la no producción de dólares genuinos trae aparejado una dependencia por el financiamiento externo, principalmente del Fondo Monetario Internacional (FMI), para cubrir el déficit.

Más demanda y fuga de capitales

En un marco de especulación e incertidumbre, las empresas con grandes fondos buscan sacar su dinero del país y dolarizan sus precios de manera que afecta al mercado interno.

Rechazo al peso

Los aumentos y la devaluación generan que las inversiones y la apuesta a respaldar la moneda local sea prácticamente nula.

Pronóstico de default y agudizamiento del riesgo país

Esta dinámica proporciona dubitación en las posibilidades reales de pagar la deuda al Fondo Monetario Internacional (FMI) y aumenta el riesgo país.

La tasa de interés no contiene la suba

El Banco Central no puede controlar el incremento del tipo de cambio mientras el peso se devalúa. 

Una economía en recesión

El periodo negativo se prolonga y muestra una economía en constante contracción. Las expectativas a futuro estiman un recrudecimiento de la mano de más ajustes.

Devaluación de la moneda emergente a nivel mundial

Como último ítem, el contexto internacional no acompaña. Consistente con el aumento de las tasas de interés en el país norteamericano, golpeó a todas las divisas, y ubicó al peso argentino y la lira turca como las más castigadas en todo el mundo.

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