La Ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, visitó los estudios de Crónica HD y sostuvo en sus declaraciones que habían conseguida disminuir la tasa de delitos y homicidios. Pero parece que para llegar a esa afirmación las estadísticas resultan ser engañosas.

En principio las últimas cifras oficiales corresponden al periodo del 2015 al 2017, ya que no se han publicado nuevos índices hasta el momento. Lo que marcan es una baja en la gran mayoría de delitos, tanto sea contra la propiedad, como los robos y hurtos.
Lo mismo ocurre con los números de los homicidios y lesiones dolosas que continuaron una tendencia en descenso. Con cierta lógica se podría deducir que si los homicidios bajaron, otros delitos también menguarían.

Sin embargo hay que tener en cuenta cómo se recopila y clasifica esta información. Como indica el Director del Centro de Estudios Latinoamericanos sobre Inseguridad y Violencia de la UNTREF, Marcelo Bergman, los datos surgen: “De los tribunales y policías, que derivan mayormente de denuncias ciudadanas, y de las encuestas que se deben realizar periódicamente sobre una muestra de ciudadanos”.
Estas formas de medición tienen sus fallas porque ocurre que mucha gente no denuncia un robo a sabiendas de que no recuperará lo robado y, en el caso de las encuestas, deberían ser más frecuentes y grandes para poder reflejar con mayor exactitud si las estadísticas aumentaron o no.
En tanto que las cifras de muertes también resultan incompletas dada la forma en que se las cataloga. Según la categorización de Organización Mundial de la Salud (OMS) las muertes no provocadas por enfermedades y sí por una acción violenta, se las denomina causa externa y se divide en varios tipos.
En Argentina, se registraron más de 350 mil decesos en el año 2016, la gran mayoría responden a fallecimiento por enfermedad. Pero unas 20.000 muertes son por causas violentas externas entre las que se observa un detalle fundamental que destaca Bergman: “Unas 10.000 son por accidentes, otras 2.300 por homicidios, unas 3.100 por suicidio y cerca de 5.000 por causas violentas indeterminadas”.
Esto significa que hay un porcentaje de fallecimientos que no se sabe quién los produjo y por qué motivo. Lo más llamativo resulta ser que, al comparar con otros países de Latinoamérica, Argentina es el que tiene mayor proporción de muertes por causas indeterminadas, excluyendo a Venezuela.
Empero teniendo en cuenta esta referencia, oficialmentenuestro país figura como uno de los que tiene un menor índice de homicidios dolosos en América Latina. Claramente hay datos que no reproducen la realidad.

Retomando al especialista: «Existen buenas razones para dudar que Argentina tenga una tasa ‘europea’ de homicidios, ya que seguramente se ubica más cerca de la media latinoamericana».
Y agrega: «Desde el punto de vista estadístico, cambios abruptos en un año en la tasa de muertes violentas para países en situaciones no bélicas son muy excepcionales«.
De manera que, si bien no se puede afirmar que las declaraciones de la Ministra de Seguridad sean totalmente mentira, siguiendo al Director del CELIV no se sabe efectivamente “si el homicidio como barómetro del delito sube o baja en la Argentina y las pocas estadísticas sobre robos no permiten aseverar que esté en baja en nuestro país”.
Se deberá realizar una tarea de recolección de información verdaderamente seria, que esté regulada por un ente autónomo ya que pareciera que hay un uso tendencioso de las mismas.