«Si ya probaste el chiquito ahora proba el Grandote, alfajores Grandote doble y triple sabor», cualquier argentino que tenga más de 20 años y haya escuchado alguna vez en su vida cinco minutos de un partido de fútbol por radio conoce esta publicidad. Pero la noticia no es para recordar tiempos alegres sino para relatar la durísima situación en la que se encuentra la fábrica de Alfarojes La Nirva.

Un punto en común que ha trazado el macrismo durante este año es el cierre definitivo de productos históricos en la vida diaria de los argentinos. Primero fundió Suschen SA, la fábrica creadora de las Mielcitas y de los Naranjú que tantos veranos han adornado en la década del 90 y comienzos de los 2000. Finalmente dejó a 100 trabajadores en la calle tras cerrar las ventanas en el partido de La Matanza.

Ahora, meses después, la fábrica se prepara para producir nuevamente ya que sus trabajadores decidieron reabrirla en formato de cooperativa. “Estamos en plena etapa de trámites, con la entrega de los últimos papeles para la conformación de la cooperativa”, señaló Silvia Ayala, elegida por sus compañeros como presidenta de la nueva entidad.

Esta semana se conoció el cierre de la fábrica Cidal, ubicada en San Luis debido a la fuerte deuda de salarios, quincenas y aporte que mantiene con sus empleados. Así, los más de 65 empleados, quienes se encargan de la producción de las bombitas Bombuchas, los globos Rondas y preservativos Exotic y Camaleón, perderán su puestos de trabajo.

Fuente Política Argentina 

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