La Ciudad reportó este viernes un total de 480 nuevos casos y 36 muertos por coronavirus en las últimas 24 horas, elevando a 5.095 el número de fallecidos en el distrito y a 146.477 el de contagiados desde el inicio de la pandemia.
Como coincidieran al Gobierno Nacional y el porteño, el número de casos confirmados parece haber ingresado en una meseta. Sin embargo, el distrito que gobierna Horacio Rodríguez Larreta aumentó drásticamente en lo que hace a la tasa de muertos por millón de habitantes.
Es que en los últimos días se realizó la carga diferida de fallecimientos correspondientes a los meses de julio y agosto, cuando se producía el pico de contagios. Pero la carga se llevó a cabo «por goteo».
Mientras Provincia había reportó el 25 de septiembre pasado 3.523 fallecidos que no se habían contabilizado con anterioridad, corrigiendo el número de víctimas fatales del coronavirus, la Ciudad decidió hacer a cuentagotas, a fin de no abultar el número abruptamente.
Aunque desde el gobierno de la Ciudad lo niegan, ese modo paulatino de corregir las estadísticas oficiales habría servido para lograr la aprobación para nuevas habilitaciones de actividades en el marco de la pandemia que azota al país. Por ejemplo, el regreso presencial a las escuelas.
En declaraciones formuladas este viernes, el ministro porteño de Salud, Fernán Quirós, ratificó que continúa en descenso la curva de contagios en la Ciudad de Buenos Aires y reiteró la importancia de mantener los cuidados para evitar un rebrote como el que se da en Europa, «sobre todo ahora que entremos en la etapa estival», dijo.
«La experiencia europea tiene que ser de aprendizaje, e insistimos en que las curvas epidemiológicas bajan por dos cuestiones: porque los gobiernos intensifican la estrategia de rastreo y testeos, pero también porque las personas aprenden a tomar hábitos que permiten recuperar actividades habituales pero con cuidados«, sostuvo.
El titular de la cartera sanitaria porteña reiteró la importancia de «evitar los supercontagios» al referirse a los grupos «que hacen encuentros de varias personas o muchas en lugares cerrados, con poco volumen de aire y poca ventilación, y en eso tenemos que trabajar, porque ese fue el problema en Europa».