Ante la decisión de paralizar obras claves de infraestructura vinculadas al sector energético, el Gobierno se vio obligado a importar combustible y a pagar un valor cuatro veces mayor que lo que se paga por el gas que se extrae en Vaca Muerta.

La gestión libertaria tuvo que firmar nuevos contratos con Bolivia para proveer de gas a siete provincias del centro y norte del país, a precio exorbitantes. Mientras el gas de Vaca Muerta se paga USD 4.5 MBTU en invierno, y el GNL importado cotiza por debajo de los USD 12, el Gobierno le va a pagar la friolera USD 21 MBTU a Bolivia durante septiembre. Es decir que más que cuatriplica el precio del gas local que no puede capitalizarse por la falta de infraestructura.

«El precio es una locura, carísimo», reconoció al portal La Política Online (LPO) una fuente de la Secretaría de Energía que explicó que esa es la razón por la cual no es posible trasladarlo a tarifas. «Sería una masacre, nos lleva puesto», precisó la fuente.

Desde la cartera que conduce Eduardo Rodríguez Chirillo remarcaron que el sobrecosto por el gas importado lo absorberá Enarsa para ser computado a la cuenta de subsidios del Tesoro Nacional. «No se traspasa a la demanda», enfatizaron.

Fuente Política Argentina

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