El 8 de diciembre es una fecha cargada de simbolismo en el calendario católico, pues celebra el Día de la Inmaculada Concepción de María, un evento que resalta la pureza y la preparación espiritual para recibir a Cristo en la Navidad. Este marco religioso ha influido directamente en la tradición de armar el árbol navideño en esta jornada.
Si bien el origen del árbol de Navidad se remonta a tradiciones paganas, su incorporación al cristianismo adaptó su significado, convirtiéndolo en un símbolo de la vida y la luz en el contexto de la fe. Armarlo en esta fecha refleja la preparación para el nacimiento de Jesús, pero también es un momento cultural que convoca a las familias a reunirse, celebrar y compartir la ilusión de la Navidad.