
El temporal que azotó Bahía Blanca dejó una marca imborrable en la ciudad: al menos 10 personas fallecidas, más de 1.300 evacuados y un panorama de destrucción que llevó al colapso de la infraestructura urbana. Con más de 400 mm de lluvia en pocas horas, calles convertidas en ríos y barrios enteros anegados, la emergencia climática puso en jaque la capacidad de respuesta de los distintos niveles del Estado y reavivó el debate sobre la preparación ante eventos extremos.
Las autoridades locales y nacionales desplegaron operativos de asistencia y rescate. La ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, confirmó el envío de efectivos de Prefectura, Gendarmería y Policía Federal, mientras que el Ejército y la Armada colaboran con la evacuación y la distribución de ayuda. Por su parte, el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, recorrió la zona y señaló que la provincia solicitó fondos de emergencia al gobierno nacional.
El impacto de un fenómeno sin precedentes
Desde la madrugada del viernes, la intensidad de la tormenta superó todas las previsiones. El agua, que en algunos sectores alcanzó metro y medio de altura, se mezcló con la creciente del mar, agravando la situación en zonas como Cerri, Canal Maldonado, Arroyo Napostá y el Parque Boronat. En este contexto, el Municipio de Bahía Blanca decretó la suspensión total de actividades hasta nuevo aviso y pidió a la población restringir la circulación.
La crisis forzó la apertura de centros de evacuación en distintos puntos de la ciudad, como el Dow Center, la Sociedad de Fomento Maldonado y el V Cuerpo del Ejército, donde cientos de familias intentan recomponerse tras perder sus hogares.
Mientras tanto, la comunidad sigue en vilo. La lista de personas evacuadas sigue creciendo y los equipos de rescate trabajan sin descanso. En emergenciabahia.com, se habilitó un apartado para reportar personas desaparecidas.
¿Se podía evitar esta catástrofe?
Si bien se trató de un evento climático extraordinario, el desastre pone sobre la mesa una discusión de fondo: ¿qué tan preparadas están las ciudades para afrontar fenómenos de esta magnitud? En diciembre de 2023, un temporal similar golpeó Bahía Blanca, dejando en evidencia falencias en el sistema de drenaje y en la infraestructura urbana.
Las obras realizadas en el pasado, diseñadas para soportar lluvias de hasta 200 mm, fueron superadas ampliamente en pocas horas. ¿Fue suficiente lo que se hizo para mitigar estos riesgos? ¿Se tomaron medidas estructurales luego del temporal anterior? Estas son preguntas que, una vez superada la emergencia, seguramente volverán al centro del debate.
El Gobierno Nacional anunció el envío de $10.000 millones para la reconstrucción, pero la recuperación será un proceso largo. Lo urgente ahora es asistir a quienes perdieron todo, pero también es el momento de repensar estrategias para que la próxima tormenta no vuelva a tomar a la ciudad por sorpresa.