La Quinta Sección Electoral se convirtió en el terreno más disputado de la provincia de Buenos Aires. Con tres fuerzas políticas cabeza a cabeza, los intendentes presionan para provincializar la campaña, mientras La Libertad Avanza ya juega en clave nacional. ¿Quién tiene más para ganar si se impone el modelo Milei? ¿Y quién pierde si se diluye el factor territorial?
La Quinta Sección Electoral sigue siendo, como en cada ciclo electoral, un territorio bisagra. Su heterogeneidad geográfica, económica y política la convierte en un termómetro real de lo que puede pasar en la provincia y, eventualmente, a nivel nacional. Lo que ocurra allí en 2025 tendrá un fuerte impacto en la configuración del poder político bonaerense.
Los resultados de 2023 dejaron una conclusión clara: el peronismo, Juntos por el Cambio y La Libertad Avanza están en un escenario de competencia pareja. UP logró mantenerse en la cima por escaso margen, pero LLA se consolidó como tercera fuerza con una capacidad de crecimiento evidente. Y JxC, pese a la fragmentación posterior, sigue teniendo presencia territorial clave en distritos grandes como Mar del Plata.
Frente a este escenario, la estrategia de nacionalización o provincialización de la elección será decisiva.
- Si se nacionaliza la elección —es decir, si se refuerza la imagen de Milei o se vuelve a instalar a Cristina como figura central del debate—, la disputa quedará en manos de las grandes narrativas nacionales, lo que beneficia a LLA, que ya tiene candidato confirmado y un discurso homogéneo, y pone en tensión a UP, aún en proceso de ordenamiento interno.
- En cambio, si se logra provincializar la campaña, el foco pasará por la gestión concreta de los intendentes, la presencia del Estado provincial, y el vínculo directo con la comunidad. En ese caso, los jefes comunales del peronismo ganan centralidad: su capacidad de gestión local, sumada al despliegue territorial, puede ser la clave para sostener el voto.
Esto plantea un dilema estratégico para el propio gobernador Axel Kicillof: ¿le conviene jugar una campaña atada al contexto nacional, que hoy le es adverso en términos de imagen pública? ¿O apostará a una construcción más local, donde los intendentes sean protagonistas y su figura quede más contenida, pero también más resguardada?
Por su parte, los intendentes del Frente Renovador, del kirchnerismo clásico y del peronismo territorial parecen estar más cómodos con una elección provincializada. Saben que el cara a cara, el pavimento, la ambulancia que llega y el centro cultural que abre, siguen valiendo más que cualquier hashtag.
El cierre de listas marcará buena parte del destino de esta disputa. La Quinta Sección Electoral, por su equilibrio y peso, no solo definirá bancas: puede inclinar el eje de poder interno dentro de la provincia y condicionar el armado nacional de cara al 2027.
En 2025, no alcanza con contar votos: hay que entender de dónde vienen. Y en la Quinta, cada voto cuenta una historia distinta.