Miles de hogares se quedaron sin suministro en el día más frío del año. Un hecho histórico que deja al descubierto la desinversión y la postergación de obras clave en el sistema energético.
En el día más frío del año, Mar del Plata quedó prácticamente paralizada. Miles de usuarios se encontraron de un momento a otro con las hornallas apagadas y los calefactores fríos. La alta demanda de gas natural, provocada por la ola polar, generó una caída de presión en los gasoductos que abastecen a la ciudad y derivó en un corte masivo del servicio.
Lo que comenzó en las zonas periféricas, en el sur de la ciudad, rápidamente se extendió a otros barrios hasta alcanzar una dimensión histórica: nunca antes se habían registrado tantos cortes simultáneos. Los reguladores domiciliarios detectaron la baja presión y se bloquearon automáticamente como medida de seguridad. Para restablecer el suministro, Camuzzi deberá enviar operarios casa por casa para reactivar los medidores y garantizar que todo funcione correctamente.
La postal del apagón de gas es inquietante. Geriátricos y centros asistenciales denunciaron la falta de calefacción para los sectores más vulnerables. Las escuelas suspendieron las clases y se priorizó el abastecimiento a hospitales y servicios esenciales. El intendente Guillermo Montenegro confirmó que Transportadora de Gas del Sur derivará un mayor volumen hacia la planta compresora que alimenta a la ciudad, pero advirtió que la recuperación del servicio será gradual.
Más allá de las soluciones de emergencia, la situación expone un problema de fondo: la falta de inversión y previsión en el sistema energético. Mientras la demanda crece cada invierno, las obras para ampliar la capacidad de transporte de gas quedaron paralizadas. La finalización de plantas compresoras para duplicar el caudal del Gasoducto Néstor Kirchner, la segunda etapa para extenderlo hasta Santa Fe y la reversión del Gasoducto del Norte fueron frenadas por decisión del Gobierno nacional en el marco de su política de ajuste.
“Lo que se vive en Mar del Plata es un hecho histórico. No hay antecedentes de tal cantidad de cortes simultáneos”, reconoció Rodrigo Espinosa, director de Camuzzi Gas Pampeana. Y agregó que la reconexión deberá hacerse con extremo cuidado para evitar accidentes, ya que los reguladores domiciliarios se trabaron como medida de seguridad.
La falta de planificación a largo plazo y la postergación de obras estratégicas transformaron al sistema energético en una estructura frágil que colapsa frente a cada pico de consumo. En este invierno crudo, el ajuste fiscal ya no es una abstracción: se siente en las casas sin calefacción y en los hospitales que deben racionar el gas.
La crisis dejó una pregunta incómoda sobre la mesa: ¿cómo es posible que una ciudad de casi 700 mil habitantes siga dependiendo de un sistema tan vulnerable? Y, sobre todo, ¿cuánto tiempo más se puede postergar la inversión en infraestructura antes de que estos episodios dejen de ser excepcionales y pasen a ser la norma?