El fin de semana largo por el 17 de agosto no despertaba grandes expectativas en el sector turístico de la Costa Atlántica. Aun así, las principales ciudades recibieron visitantes que ayudaron a darle movimiento a un calendario considerado “intermedio” por la proximidad de las vacaciones de invierno y la temporada de verano.
En el Partido de La Costa, si bien no hubo cifras oficiales de ocupación, la presencia de público se notó en los parques temáticos y en propuestas culturales como la gala en el Multicultural de Mar de Ajó realizada el sábado por la noche. Como suele ocurrir en este tipo de fines de semana, tras el cierre del feriado quedó un número reducido de visitantes disfrutando algunos días más.
En Mar del Plata, primer destino en difundir datos, los comercios destacaron que el feriado ayudó a atenuar la caída de las ventas del Día del Niño, con una baja del 3 % respecto al año anterior, menos pronunciada que en jornadas sin feriados.
En Villa Gesell, la atracción central fue la nueva edición de ChocoGesell, la tradicional fiesta del chocolate, que sumó visitantes y se consolidó como propuesta turística y cultural en el invierno.
Por su parte, desde AUBASA se informó sobre restricciones de tránsito en la Ruta 2 y la Ruta 11, con cortes y operativos en los accesos más concurridos. Sin embargo, al cierre del fin de semana no se difundieron datos oficiales sobre el número de vehículos que pasaron por los peajes, un indicador clave para dimensionar el flujo turístico.
En Pinamar y el corredor norte de la Costa Atlántica, las reservas se mantuvieron en niveles discretos y la estadía promedio fue corta, en línea con la tendencia nacional de turismo de cercanía y viajes de dos a tres días.
La economía detrás del turismo
Más allá del movimiento, es evidente que a la clase media argentina le cuesta cada vez más darse algunos gustos. Las escapadas de fin de semana suponen un esfuerzo presupuestario que muchas familias eligen postergar. Mientras tanto, los más organizados ya preparan sus vacaciones de verano y se encuentran con un escenario donde las agencias promocionan destinos como Brasil o Chile a precios competitivos frente a la Costa bonaerense.
La cercanía sigue siendo la gran fortaleza de los destinos de la región, pero en la coyuntura económica actual resulta difícil competir con el exterior. En este marco, el sector turístico local enfrenta un desafío adicional: en un clima electoral, aventurarse a fijar precios para la temporada de verano es una apuesta incierta, lo que agrega tensión a un mercado que depende en gran medida de la planificación temprana de los visitantes.
El balance general del feriado deja un movimiento moderado, con señales mixtas para lo que viene. La atención ahora se concentra en el próximo fin de semana largo de octubre, que suele ser el termómetro inmediato antes de la temporada alta.