Bélgica aprobó la semana pasada una reforma por la que se implementará una semana laboral de cuatro días -y la posibilidad de ignorar a jefes fuera del horario de trabajo estipulado-, y España podría adoptar un sistema similar si surten efecto las campañas que resaltan las bondades de este esquema para la salud.
Los divulgadores resaltaron en particular los beneficios que la semana laboral de cuatro días podría tener para el corazón, para la salud psicosocial y para el metabolismo de las personas que integran la población activa, informó el sitio español Xakata.
Las jornadas laborales extensas a lo largo de semanas de cinco días hábiles pueden aumentan el riesgo de desarrollar una cardiopatía isquémica, y quienes trabajan 10 horas o más por día pueden estar en peligro de sufrir hipertensión o un infarno del miocardio.
Tener menos horas diarias de trabajo se traduce en menor riesgo de enfermedades cardiovasculares, que son la primera causa de muerte a nivel mundial. Otras enfermedades ampliamente extendidas que podrían disminuir con más tiempo de ocio son la diabetes tipo 2 y la obesidad.
De hecho, el metabolismo podría verse beneficiado por una jornada menos sedentaria, como puede llegar a ser el caso de quienes pasan más de ocho horas en una oficina, informaron en un artículo publicado por la National Library of Medicine de Estados Unidos.
Aunque parece un secreto bien guardado a simple vista, para 2003 ya se habían publicado en ese sitio los resultados de 27 estudios realizados en Estados Unidos, China, Japón o Corea del Sur en los que se analizaba el impacto de las jornadas laborales extensas en todas las áreas de la vida, incluido el desempeño escolar.
Una jornada laboral extensa -y una semana de cinco días o más- está asociada al insomnio o a problemas para descansar, a un mayor estrés, a la aparición de la ansiedad o depresión, o al sentimiento de aislamiento que viene con tener una vida social o familiar reducida.
Entre los estudios incluso saltó a la vista que las poblaciones activas con semanas laborales extensas son más propensas al tabaquismo, al consumo de alcohol o al sedentarismo, que trae una cantidad de problemas de salud.
En nuestro país «la duración del trabajo no podrá exceder de ocho horas diarias o cuarenta y ocho horas semanales para toda persona ocupada por cuenta ajena en explotaciones públicas o privadas, aunque no persigan fines de lucro», como consta en la Ley 11.544.
En ese mismo texto también se estipulan los límites en el caso del trabajo nocturno, de las jornadas para personas menores de edad o para quienes tengan ocupaciones realizadas «en lugares insalubres».