El fallo de la Corte Suprema que confirmó la condena contra Cristina Fernández de Kirchner reconfiguró en pocas horas el escenario político del peronismo. Entre el hermetismo y los gestos públicos, comenzó a tomar fuerza la figura de Máximo Kirchner como posible cabeza de lista para las elecciones legislativas de octubre, tanto a nivel nacional como en la estratégica Tercera Sección Electoral de la provincia de Buenos Aires.
Aunque desde el kirchnerismo no hubo confirmaciones, algunas señales fueron leídas como anticipos. En particular, la imagen de Cristina y Máximo saludando a la militancia desde el balcón de su casa en Constitución, seguida por una entrevista televisiva del líder de La Cámpora en la señal C5N, donde volvió a mostrarse como figura central del espacio.
“En el 2014 dije que no había apellidos milagrosos. Ni el mío ni ninguno. Tiene que haber vocación de trabajo”, afirmó Máximo Kirchner durante esa intervención, evitando una definición directa sobre su postulación.
Listas, territorio y estrategia
En el oficialismo bonaerense comenzó a circular la idea de construir listas de unidad que contengan a todo el arco peronista. Según trascendió, un posible esquema consistiría en otorgar mayor incidencia al gobernador Axel Kicillof en el armado seccional, especialmente en aquellas zonas donde el peronismo es oposición. A cambio, se garantizaría representación a sectores como La Cámpora, que busca retener las bancas que pone en juego en la Legislatura.
En los distritos donde el peronismo gobierna, los intendentes podrían conservar capacidad de decisión para definir sus nóminas. Este modelo apunta a evitar internas y fortalecer el frente de cara a un año electoral en el que la unidad aparece como condición necesaria.
Sin embargo, otros sectores promueven que Máximo Kirchner asuma un rol más activo, incluso como candidato principal por la Tercera Sección, en un movimiento interpretado como una respuesta directa al fallo judicial que deja a Cristina fuera de competencia. La narrativa, en ese caso, sería la de continuidad política dentro del mismo espacio y con representación simbólica.
“Hay algunas personas que pueden pensar que si no estamos nosotros tienen una oportunidad de crecer”, sostuvo el diputado, en una frase que fue interpretada internamente como una crítica a posibles movimientos dentro del oficialismo.
Las señales del kirchnerismo
Desde sectores cercanos a La Cámpora, como la senadora Anabel Fernández Sagasti, también se manifestaron con declaraciones que apuntan a la necesidad de preservar la unidad del espacio. “Hay algunos que con esta sentencia van a fingir nostalgia, pero por lo bajo van a estar contentos porque van a pensar que ahora es su tiempo”, afirmó, en lo que fue interpretado como una alusión indirecta al entorno de Kicillof.
El fallo también detuvo, al menos momentáneamente, el armado de un grupo de trabajo que venía siendo consensuado entre distintos sectores del peronismo para diseñar una estrategia común. Ese espacio había sido acordado por la propia Cristina y el gobernador en un encuentro reciente.
“Apuesto a que las diferencias internas se den en un marco de discusión, en los lugares donde haya saldo positivo”, agregó Máximo Kirchner, en otra frase que refuerza la idea de debate interno, pero controlado.
Con la candidatura de Cristina Fernández de Kirchner fuera de carrera, el oficialismo bonaerense y nacional entra en una etapa de definiciones. La figura de Máximo gana centralidad en ese nuevo tablero, mientras las especulaciones se entrecruzan con la necesidad de consolidar una estrategia de unidad antes del cierre de listas.