El veto presidencial a la ley que modificaba la distribución de los Aportes del Tesoro Nacional (ATN) abrió un nuevo capítulo de tensión entre la Casa Rosada y los gobernadores, justo cuando faltan pocas semanas para las elecciones nacionales de octubre.
El presidente Javier Milei firmó el decreto que bloquea la norma aprobada en el Congreso, la cual establecía que los fondos se distribuyan de manera automática y diaria entre las provincias, con un criterio similar al de la coparticipación.
Desde el Gobierno nacional argumentan que la ley afectaba “facultades exclusivas” del Ejecutivo y que los ATN son una herramienta discrecional necesaria para atender emergencias financieras. Sin embargo, en los distritos opositores el veto fue leído como un nuevo retroceso en materia federal.
Gobernadores en alerta
El gobernador pampeano Sergio Ziliotto sostuvo que la decisión forma parte de “un plan para fundir a las provincias”. En la misma línea, el exmandatario cordobés Juan Schiaretti advirtió que “la Nación se queda con recursos que les corresponden a las provincias y deberían llegar de manera automática”.
Otros mandatarios también hicieron sentir su descontento, mientras en el Senado se prepara la discusión sobre si insistir con la norma pese al veto presidencial, lo que requeriría una mayoría de dos tercios.

Impacto electoral
En la recta final hacia octubre, el conflicto por los ATN se superpone con la campaña y abre interrogantes sobre quién capitalizará políticamente la pulseada.
- Para Milei, la confrontación con los gobernadores refuerza su perfil de defensa del ajuste y del centralismo fiscal. Esto podría consolidar su base electoral en distritos urbanos, donde su discurso tiene más recepción.
- Para los gobernadores, la disputa les ofrece una bandera común: la defensa de los recursos provinciales. Si logran coordinarse, podrían trasladar el malestar a sus campañas locales y nacionales, en especial en provincias con fuerte dependencia de la asistencia de Nación.
- La oposición en el Congreso ve en este veto un insumo para cuestionar la gestión nacional, presentándose como alternativa de gobernabilidad y defensa del federalismo.
El escenario abre una pregunta clave: ¿será este enfrentamiento un punto de desgaste para Milei o lo fortalecerá ante el electorado que respalda su estilo confrontativo? La respuesta puede incidir en el resultado de octubre, donde no solo se pone en juego la presidencia, sino también la correlación de fuerzas en el Parlamento.
