No tenía obligación, pero Horacio Fiocco no puso excusas: acompañado por su hijo, cumplió con su deber cívico.
Emociona encontrar, en cualquier punto del país, gente que no está obligada a emitir su voto y, sin embargo, se acerca a las urnas con responsabilidad para ejercer su derecho a elegir sus representantes. En este grupo aparecen ejemplos como Horacio Fiocco, un costero que no quiso quedarse afuera de esta fiesta de la democracia.
El «detalle» es que este vecino de Santa Teresita no es un elector más: su edad, 96 primaveras, lo convierte en un ejemplo para toda la sociedad. Mientras muchos jóvenes y adultos evitan votar o se fastidian frente a esta obligación, Fiocco se mostró contento por
haber podido participar una vez más.
En diálogo con RadioNoticiasWeb (RNW), Horacio con algo de picardía aseguró tener «86 años» (diez menos de los que, según su documento, tiene) y remarcó: «Es una obligación votar, tenemos que votar todos».
Sin dudas, un verdadero ejemplo que todos los ciudadanos, sin importar en qué rincón del país esté cada uno, deberíamos valorar e imitar.