El intendente Martín Yeza había vetado la norma votada por unanimidad, pero en la última sesión ordinaria se avaló la insistencia y una ordenanza complementaria para proteger y promover el arte callejero en Pinamar.
Según publicó Telégrafo. de esta manera, el arte callejero podrá desarrollarse con la simple inscripción en un registro de carácter gratuito, que se podrá tramitar vía web y personalmente, por lo que ya no se tendrá que solicitar autorización por vía de excepción como hasta ahora.
La ordenanza fija pautas específicas para los murales callejeros y establece los elementos,
herramientas e instrumentos de trabajo de los artistas “no podrán ser secuestrados, retenidos o decomisados por autoridades públicas bajo ninguna circunstancia”.
Estas consideraciones estaban incluidas en la norma original y en la sesión los concejales de todas las bancadas avalaron una ordenanza complementaria acordada con la Secretaría de Turismo y Cultura.
En este sentido, se agregó que en caso de que la actividad implique el uso de instrumentos de amplificación sonora, el mismo deberá atenerse a lo dispuesto en la reglamentación vigente respecto de horarios de descanso y decibeles de intensidad sonora.
Además, a través de la complementaria se creará un “Registro de Paredes y Espacios Ofrecidos para Intervenciones Urbanas de Muralistas Locales”.
En cuanto a los circuitos de arte callejero a la gorra, que serán establecidos en la reglamentación, se indica que deberán estar ubicados en zonas céntricas y garantizar la circulación de público.
Como sitios específicos, la nueva ordenanza establece que se deberán destinar a la actividad artística callejera las plazas del municipio y determinados espacios por localidad.
En Pinamar,el playón de Marco Polo y Bunge; Bunge y Playa y Bunge y Sirena. En Ostende, la Rambla. En Valeria del Mar, la plaza seca de Espora y Costanera y Bathurst y Espora. Y en Cariló, la Plaza Guerrero.
Una representante de los artistas hizo uso de la palabra en el recinto y afirmó que la
norma es “indispensable en términos de protección no solamente de la integridad física de los artistas, sino de nuestros instrumentos de trabajo”.
Fuente: Telégrafo.