Antes del inicio de la Cumbre del G-20 el gobierno nacional cedió el pago por decreto de un bono de $5.000 a fin de año que apuntaría a compensar la última escalada inflacionaria, pero sólo terminará beneficiando a menos del 20% de todos los trabajadores, formales e informales.

Los asalariados privados de las grandes empresas son los que tienen casi garantizado el cobro del bono lo que representa sólo el 19% de todos los trabajadores, o el 27% de los formales. Respecto de los empleados públicos, sólo serían beneficiados los nacionales.

El impacto de la recesión en los distintos sectores económicos, sobre todo entre las pymes y minipymes, abre las interrogantes sobre la capacidad del sector privado de poder cumplir.

Además cada día un nuevo gobernador se suma a la lista que advierte que no pagará el bono, ya sea porque  tiene pactada una cláusula de ajuste salarial o directamente porque no tiene fondos.

En el mercado laboral se tiene que entre empleos formales e informales aproximadamente 17,1 millones de trabajadores, 6,2 millones de asalariados privados, de los cuales la consultora OJF estima que 3,3 millones trabajan en grandes empresas y 2,9 millones en MiPymes.

Hay 3,2 millones de asalariados en el sector público. A estos se suman 1,6 millones de monotributistas, 0,3 millón de monotributistas sociales, 0,4 millón de autónomos y otro medio millón de personas empleadas en casas particulares.

Según estos datos el total de empleados formales es de 12,2 millones. Por otro lado, hay 4,9 millones de personas empleadas informalmente, según OFJ.

Fuente: Ámbito Financiero

 

 

Compartir