Hace muchos años que se vaticina la «muerte» del diario en su edición impresa pero sin embargo, siguen saliendo.
No sólo la Argentina está pasando por una crisis, sino que varias partes del mundo eligen seguir sus negocios en medios periodísticos apoyados en las plataformas digitales y eliminar para siempre la imprenta.
Ahorran dinero, salvan millones de árboles, pero también se pierden muchos puestos de trabajos. No sólo los de sus propios empleados, sino también el de los/as encargados/as de hacer llegar el producto final a las manos del/a lector/a: el famoso «canillita».
Los puestos de diarios son parte del paisaje de todas las ciudades del país y cada vez son más las que cierran sus persianas, literalmente.
En el Partido de La Costa, esto también sucede y «el diario se vende poco y nada», según Noemí de «El Millonario», el puesto ubicado en Gutierrez y Chiozza, San Bernardo.
Noemí atiende ese punto de venta junto a su hijo Rodrigo hace 12 años, dice que «en los últimos 5 años empezó a decaer mucho la venta de diario» y que paradójicamente «vendió más diarios para prender el fuego que para leer»
Comprar un diario de precio promedio todos los días, cuesta entre $400 y $500, teniendo en cuanta que la edición de los domingos, generalmente es más cara y ronda los $100.
«Estamos un poquito complicado, como todo el país», dijo Graciela de «El Pelado», el puesto de diarios y revistas de Chiozza y San Bernardo, apuntando además que «este año bajó muchísimo la venta, fue el peor»
El total de los «canillitas» indicaron que el diario más vendido en La Costa es el Diario Popular que cuesta $35 todos los días, en segundo lugar y con el mismo valor el Crónica y el tercera posición y cómoda, Clarín que cuesta $50.
«El Clarín lo llevan los domingos nada más», aseguraron.
En Hernández y Chiozza, Osvaldo atiende su puesto de diario con una tristeza que lo inunda, es que hoy vendió «un sólo diario». Sobre esto, no hay remate.
Arthur Sulzberger, propietario, presidente y editor del diario internacional más influyente del mundo, el «The New York Times» expresó hace unos años: «El diario en papel podría simplemente no existir más». ¿Será la muerte anunciada, entonces?