Un festejo que quedó en la historia y terminó de romper una relación compleja. Un día como hoy pero de hace 20 años atrás, Boca le ganaba a River 3 – 0 de local y Juan Román Riquelme clavaba el segundo gol de cabeza tras el rebote en el penal que le desvió Franco Costanzo.

Román y el entonces presidente del club, Mauricio Macri, estaban en una pelea por el sueldo del jugador y una posible venta anunciada por Macri y no consultada con el 10. En aquel año 2001, la Argentina estaba envuelta en una crisis económica sin precedentes y el ex jefe Xeneize había sentenciado: «Riquelme está vendido a Barcelona en 26 millones de dólares. Número récord para el país. «Esta venta solucionará muchos problemas porque equilibrará las cuentas» a lo que el enganche de los grandes equipos de Carlos Bianchi respondió, «esto es medio loco. Ahora dicen que ya me vendieron y yo no sé nada. Como no me quisieron arreglar, ahora dicen que me venden».

Así se gestó uno de los festejos de gol mas emblemáticos del fútbol mundial, utilizado por muchos jugadores y jugadoras, registrado por el ahora vicepresidente segundo de Boca, aunque finalizado el partido y ante la consulta de la prensa, Román dijo: “fue por mi hija, es fanática el Topo Gigio”.

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