El inicio de Gerardo Martino al frente del seleccionado nacional, comenzó con un gran triunfo ante Alemania por 4 a 2.

La comparación es inevitable, el partido de la última final del mundo se viene a la cabeza de inmediato cuando Argentina enfrenta a Alemania luego de poco más de dos meses de Brasil 2014. Pero lo cierto es que ese partido ya pasó, la copa es de los alemanes y habrá que esperar cuatro años hasta Rusia 2018 para buscar revancha.

Partidos como este sirven también para plantear el futuro, no el del próximo mundial, pero si el de la inmediata competición que se viene y es la edición de la Copa América, Argentina dio la sensación de mantener la idea que por momentos mostro en el mundial, la mayoría de los que formaron el 11 inicial en el mundial se repitieron en la primera cita del “Tata”

La ausencia más destacada fue la de Lionel Messi, entre tantos dichos encontrados de que si dejaba la selección definitivamente, si Martino le daba un respiro, el astro argentino terminó el último fin de semana con una sobrecarga y por eso tampoco hubiese podido estar presente. Quien lo “reemplazo” fue Erik Lamela, que por supuesto no puede ser Messi, lo hizo bastante bien, incluso logro anotar un gol, tras una habilitación de Ángel Di María, tal vez el punto más alto de la selección en este amistoso y uno de los más destacados en la última cita mundialista.

Si algo queda en claro, es que también Argentina puede jugar sin Lionel, puede ganar, puede gustar. Eso también le permitirá a él tener la tranquilidad de que  si no se siente a pleno para estar en todos los partidos dejar pasar algunas situaciones, en las cuales el seleccionado no juega por los puntos, para poder tenerlo a pleno física y mentalmente en los partidos cruciales para el futuro del seleccionado nacional.

Es sólo el primer partido de un ciclo, todavía queda mucho por avanzar, mucho análisis por hacer, pero como se dice en el fútbol, siempre es bueno empezar ganando.

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