La divisa norteamericana pasó de valer casi $3 en el 2004 a más de $43 este año. A qué se debe el aumento incontrolable de la moneda extranjera y cómo afecta en la economía de la gente.
Sin lugar a dudas, uno de los temas que más preocupación generan en la sociedad argentina es el incremento de los valores fijados en dólares.
Lo cierto es que la estadística marca que la economía nacional cayó en todos los sectores. Lo que respecta a la fluctuación de los precios del billete verde, tomando como referencia los últimos 15 años, subió unos $39 lo que en porcentajes representa un incremento del 1.400%.

Si bien el dólar al momento de la redacción de esta nota se encuentra en casi $44, los datos históricos suministrados por Google Finance, toman indicadores del Mercado Único y Libre de Cambio (MULC) hasta el 22 de marzo cuando u$1 valía $41.
Durante el Kirchnerismo
Con la salida de la convertibilidad y posterior asunción presidencial de Néstor Kirchner en 2003, se consiguió un tipo de cambio estabilizado en relación a una inflación creciente. Esto se debió a que la devaluación no se trasladó de manera directa a los precios y posibilitó un “colchón” económico según explicó Alfredo Schclarek Curutchet, director académico del Centro de Investigaciones Participativas en Políticas Económicas y Sociales (Cippes) a La Voz.

En lo correspondiente a los próximos cinco años, el dólar se mantuvo entre los $3. Luego del 2008 comenzó la suba gradual de la moneda de Estados Unidos. La variación en los dos mandatos de Cristina F. de Kirchner fue de $3,15 en enero del 2008 a $9,62 en diciembre del 2015 cuando finalizó su ciclo. En porcentajes una oscilación del casi 200%.
En tiempos Macristas
Mauricio Macri recibió el país con un dólar a $9,62 pero rápidamente pasó a $12,86 tras las primeras dos semanas como presidente. La especulación por el cambio de gobierno y la incertidumbre financiera generaron un escenario de vacilación monetaria que se tornó imposible de regular.
El primer salto importante se produjo en el 2016 con el giro en las políticas públicas y económicas que buscaban una mayor apertura de mercado. Esto liberó el precio de la divisa estadounidense que pasó de $9,62 en diciembre del 2015 a $15,50 en mayo del 2016, solo cinco meses después.

Sin embargo, el descalabro que provocó más impacto sucedió en el 2018. Dicho año comenzó con un dólar a $18,98 y picó a casi $40 en septiembre, en ocho meses la moneda aumentó un 100%. Luego consiguió mantenerse y disminuir su valor para cerrar el periodo anual en $37,70.
Un panorama desalentador
Con estos datos en cuenta, las estimaciones son negativas en general. El 2019 ya acumula una suba del 16% y el incremento del dólar, trae consigo un aumento de la deuda externa que busca contrarrestar las subas, sumado a la devaluación la moneda local y una inflación que sigue en alza, generan una economía en recesión que repercute en el bolsillo de la gente.
Como consecuencia, la población se empobrece, baja su poder adquisitivo, disminuye el consumo, se achican gastos configurando un escenario de más ajustes que se proyectan por lo menos por los próximos dos años.